Según datos del IMPLAN, se ha registrado una disminución del 30% en la población del centro de la ciudad desde el año 2020. Esta tendencia indica un cambio en los patrones de residencia debido a factores como las preferencias de vivienda de la población.
Por otro lado, se observa un aumento en la población de los suburbios de la ciudad. Este aumento podría estar relacionado con la búsqueda de viviendas más asequibles, un mayor espacio y una calidad de vida percibida como mejor en comparación con el centro urbano.
El mercado inmobiliario experimenta una demanda considerable con 109,000 urbanitas en búsqueda de viviendas. Estos potenciales compradores buscan residencias que integren diseño atractivo, sostenibilidad energética y una amplia gama de amenidades.
El sector comercial ha visto un aumento del 28% en los permisos de construcción desde el periodo pre-COVID-19, señalando una reactivación importante en la actividad constructiva y un renovado interés de inversores y empresarios en expandir y desarrollar negocios.
Este aumento en los permisos de construcción pre-COVID puede ser interpretado como un indicador de confianza en la recuperación económica y en la estabilidad del mercado comercial.
Reactivar el centro histórico mediante la atracción del mercado urbanita no solo revitalizará el área, sino que también generará un impacto económico significativo para los negocios locales.
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